Las flores me parecen tan hermosas que procuro siempre tener en casa, y tenerlas por todos lados. Nunca dejan de sorprenderme como de ser un botón se abren a convertirse en hermosas flores, y sueltan un aroma que me encanta.
Pero no todas las flores me gustan, hay especialmente unas que me recuerdan cosas y que por esa razón son las que siempre compro y me gusta tener en casa; las gladiolas que me recuerdan a mi mamá... las rosas que siempre las asocio a mi pintura, las casa blancas que siempre pienso que para cuando yo muera me gustaría tenerlas en mi tumba... de verdad que me gustan mucho... y siempre pienso en lo difícil que es pintarlas...
Espero darme un tiempo en estos días que tengo flores en toda la casa para poder hacer algunos apuntes de ellas... antes de que se sequen, aun qué también secas tienen un encanto muy particular. Secas me hacen pensar en la vida misma... en la continuidad del tiempo en el andar día a día... en mi mortalidad.
También hay plantas qué me gustan mucho, deben tener un nombre, pero no lo sé, yo les digo de hojas largas, largas largas, tanto qué salen de las macetas. Y ahí entran las patas de elefante que tardan tanto en crecer, como las ideas al madurar, como los cuadros cuando de pensarlos al lienzo pasan por tantas modificaciones. Y mirar las flores a contra luz ...ufff!! me da una sensación indescriptible.
Sigo dibujando en mis libretas, sigo intentando terminar ideas en ellas... y casi termino el cuadro de Tamayo, Estas flores me han servido de modelo y es tan difícil que se me antoja hacer algunos cuadros de flores, "nomás" por el ejercicio mismo....
Sigo con mis cursos. Sigo aprendiendo, y debo confesar que comienzo a experimentar una paz, que creo nunca he tenido. Ahora sé qué tengo el control, ahora sé que todo depende de mi. de verdad lo sé en mi piel, en mi mente, dentro de mi cabeza, todo, depende de mi. Y eso me da una tranquilidad enorme... Estoy en paz.
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