

La soledad se ha hecho mas fuerte al evidenciarme el gran vacío que tengo en mi pecho. Hace dos semanas o tres ya no lo sé, vino un arcángel a mi estudio, con sus alas inmensas a susurrar al odio y en cada uno de los poros de mi piel lo bien que me hacia su compañía. Lo bien que me sentía en medio de sus brazos y sus alas batiéndose sobre mi, provocándome una especie de capullo que me cubría y me hacia sentirme seguro... lleno y protegido.
Que estúpido seguir queriendo lo que de niño no tuve, a mi edad es hasta ofensivo pensarlo, y sin embargo, cuando me tocan asi de esa forma, me provoca un sentimiento de nostalgia y abandono que me quema la piel y aturde mis pensamientos No quiero tener los ojos abiertos, ni mirar a la calle, no quiero abrir las ventanas del estudio... solo pinto, y pinto y sigo pintando para calmar mis mis manos, ese temblor de manos que me provoca la angustia y el vomito.

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