

Comimos Álvaro y yo en la lagunilla mientras nos enmarcaban las piezas... arreglamos el mundo, nuestros mundos y nos asombramos de lo que no entendemos. Él siempre es amable conmigo, creo que con él tengo lo que siempre busqué en un hombre, tengo al hermano que me da la seguridad de su presencia... hace un mes tuvo un gesto poco usual ... cuando fue a verme a casa al enterarse de la muerte de Gilberto, me abrazo y consoló, sin decirme una sola palabra, sin reprocharme nada, en silencio, solidario.
