No tengo claro porqué me gustan tanto los muñequitos, pero me encantan... y tan sólo los veo en los puestos de la calle ahí, sólitos y mi impulso es querer quedarme con ellos... Me hace pensar en el niño que lo tuvo y dejo de tenerlo... en cómo es qué llegó ahí y en porqué a mi no me dejaban tenerlos. Sin duda era otra la percepción de todo esto, para mis padres no era propio de un niño tenerlos, y mucho menos jugar con ellos. Así que ahora tengo varios y cada vez son más, y seguramente seguiré comprando todos los que me encuentre por ahí... Sin duda, es una reminiscencia de mi infancia y ésta está muy ligada a mis dibujos...
Cuando dibujo, es como cuando era ese niño que estaba en la biblioteca de la primaría, con la señorita María Luisa, fingiendo estar interesado en los libros, cuando la verdad lo que estaba haciendo era estar alejado de todos los que me molestaban... Y ahora que soy un adulto... no hay nada que disfrute tanto como tomar mis libretas, estar en silencio y ponerme a dibujar en ellas...
A veces uso modelos de fotografías que me encuentro por ahí, a veces tan sólo son ideas que traigo en la cabeza, otras no es más que la necesidad de arrastrar los carbones sobre el papel y a ver que sale...
Dibujar sigue siendo ese refugio infantil para aislarme de todo.Y es algo que disfruto mucho, mucho... Me gustaría saber dibujar mejor, pero me cuesta mucho hacerlo bien en las libretas, pero bueno... después de todo... Tan sólo son garabatos para regodearme en mi mismo.
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