

Los dibujos que he hecho en mi libreta, que son apuntes en realidad, cosas que hago mientras veo un programa estúpido en la televisión, y que lo único que hago es poner color sin ton ni son mientras tomo un the y hablo por teléfono, esos que Alvaro tan agradeciblemente dice que son buenos, son algunos de los que se exhibirán en el Salón de la Plástica Mexicana, sólo espero la confirmación de la fecha para mandar la invitación. Y en esta semana pasada, estábamos Alvaro y su dealer de la galería del centro histórico revisando algunas cosas del trabajo de Alvaro cuando el muy amablemente le dice a su dealer, -mira, esto es lo que Darío exhibirá en el Salón-. El, el dealer, los tomó y con asombro dijo que buenos son Darío, y al revisar el resto de la libreta dijo –ni parece obra tuya- solté una carcajada de la impresión, pues como le pregunté, no supe si debía sentirme halagado u ofendido… lo increíble es que si bien la gente dice tonterías como esta sin pensar en lo que dice, debería estar acostumbrado, pero no, me extraño muchísimo que viniera el comentario de alguien que consideraba sensible, educado e inteligente como para ser suficientemente prudente. Pero lo increíble es que no se dio cuenta de lo que dijo o fingió no hacerlo. En fin esto mas que ofenderme, me causa gracia y será una anécdota chusca donde me reiré siempre que lo repita. Hace unas semanas alguien dijo algo parecido al leer este diario, parece que le gustó como escribo que dijo que, mejor debería dedicarme a escribir y no a pintar… ¡Ay los mexicanos! Que somos tan elocuentes y tenemos una necesidad enorme de dar nuestra opinión, aun si esta no es pedida, aun, si es para destruir, sin darnos cuenta claro, porque si nos replicaran algo diríamos algo así como -bueno es mi opinión- y claro debido a mi mala educación no atinaré a decir para mis adentros como bien decía mi padre –Si no tienes nada amable que decir, mejor no digas nada- , pero bueno… me he reído tanto con esto y mas de ellos al escuchar estas cosas que insisto es mas una anécdota chusca que habrá que tomar con calma, para no molestarme, y por cierto que Oliván al fin pasional y solidario, al contarle esto, me dijo -ni me los presentes que me caerán mal- …

Lo que es un hecho es que disfruto enormemente mi trabajo, que me importa muy poco si les gusta o no, se, que en algún momento esto me da de comer, pero no es lo que me motiva a dibujar nada… no quiero quedar bien con nadie, ni me interesa complacerlos, siempre habrá quien piense que mi obra es mediocre… pero también habrá quien crea que mi obra les gusta. Y eso, con eso me quedo yo, si encuentro eco en algunos esta bien… pero el placer mientras lo hago, ese jamás me lo quitaran. Y confieso que entre el retrato de mi sobrina el de la novia de mi sobrino y los que estoy haciendo con Oliván y su belleza, con esos, me siento lleno, feliz y dispuesto a seguir haciendo apuntes en mi libreta aunque esta no parezca mi obra, jajaja....

Oliván y yo, mientras posaba en mi estudio.
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