Esta es la vista qué tengo desde el departamento de Eduardo... es el piso 29, lo primero qué vi al despertar.
Llegué a San Francisco después de una larga trayectoria... Volé en un inicio a Chicago, y ahí como siempre, me detuvieron en migración... ¿la razón?... nunca me han dicho cuál es, a veces creo qué sólo es por mi cara que debe parecerles sospechosa, no lo sé en realidad. Pero esta vez, les dije qué si servía de algo, el año pasado en New York me habían hecho lo mismo, qué sólo vieran mi pasaporte y el registro de mi entrada,... parece que sirvió, porqué no tardaron mucho en darme mis papeles y dejarme ir. Corrí como desquiciado por mi equipaje, seguí corriendo para tomar el tren que me llevara a la terminal donde salía mi avión, y todo era largo qué pensé que nunca llegaría, al final, llegué, documenté, y me fui a la sala de salida, y ... el vuelo estaba retrasado casi dos horas.
Finalmente llegué a San Francisco a la 1 de la mañana, las 3 en mi horario de origen. Y con la novedad de qué mis dos cajas de cuadros, no estaban.. ¡Auch! ... pero estaba tan cansado qué trate de tomarlo de la mejor forma y así no alterarme, en teoría me los traerán a casa de Eduardo, qué por cierto se ha portado muy amable conmigo, estuvo por mi en el aeropuerto, y me ofreció de cenar en su casa, pescado y ensalada con un vaso de vino rojo el cual agradecí infinitamente, pues venía hambriento. Todo ha sido tan cordial qué me siento sumamente relajado después de el viaje tan atribulado y la víspera que me mantuvo tan alterado... Ahora me siento mucho más tranquilo... sólo espero qué los cuadros lleguen a tiempo, si no es así... mejor no quiero ni pensarlo.
Uma se quedó con mi hermana Leticia, la extraño... le debo a esa perrita un viaje largo en la playa, y lo voy a hacer, quiero estar con ella en el mar, verla correr libre, verla feliz... la extraño.