Las cosas pasan por algo, y nada es permanente, eso es algo que con los años cada vez lo tengo más claro. Hace 5 años justamente terminé está pintura, con ella cerraba un ciclo de amor y mucha perturbación emocional que de verdad me quitaba el sueño. Recuerdo como mi corazón latía agitado por las noches, nada más de pensar en él. Pero en ese entonces entendí qué lo que yo sentía era demasiado para ser recibido por una mente ávida de crecer, de vivir y experimentar... muchas cosas fuera de mi y de lo qué yo ofrecía. Aunque a decir verdad... no sé si realmente yo ofrecía algo, en ese entonces apenas habían pasado 3 años desde mi separación más reciente y de haber sentido que veía la luz a través de sus ojos.
Hoy salió ese cuadro de mi casa y quería la casualidad que hace 5 años haya sido cuando firmaba con esta misma fecha la pieza, 22 de enero de 2007. Hoy sale un cuadro que pinté con infinito amor. Y con la resignación de no saberme correspondido. Y esto me hace pensar qué esto qué he estado viviendo los últimos meses, también pasaran. También saldrán de mi estudio los cuadros que provoco la emoción y la necesidad. También un día, se venderán y no los veré nunca más. Un día, el menos pensado... vendrán y se emocionarán con estas piezas, y las querrán para alguna pared de una casa desconocida. Incluso aquél qué hasta ahora no he querido publicar, y qué había pensado que no vendería, y qué románticamente había dicho qué sólo saldría para la casa de él, y para la de nadie más. Un día amanecerá y veré con hartazgo esta imagen junto a mi cama... y la quietaré y empacaré para meterla al closet. Un dia Darío... seguro qué todo eso pasará un día.
Así como este cuadro estuvo tanto tiempo fuera de mis ojos, así pasará. Porqué ¡Bendito Dios!... nada es eterno.
Hoy salió ese cuadro de mi casa y quería la casualidad que hace 5 años haya sido cuando firmaba con esta misma fecha la pieza, 22 de enero de 2007. Hoy sale un cuadro que pinté con infinito amor. Y con la resignación de no saberme correspondido. Y esto me hace pensar qué esto qué he estado viviendo los últimos meses, también pasaran. También saldrán de mi estudio los cuadros que provoco la emoción y la necesidad. También un día, se venderán y no los veré nunca más. Un día, el menos pensado... vendrán y se emocionarán con estas piezas, y las querrán para alguna pared de una casa desconocida. Incluso aquél qué hasta ahora no he querido publicar, y qué había pensado que no vendería, y qué románticamente había dicho qué sólo saldría para la casa de él, y para la de nadie más. Un día amanecerá y veré con hartazgo esta imagen junto a mi cama... y la quietaré y empacaré para meterla al closet. Un dia Darío... seguro qué todo eso pasará un día.
Así como este cuadro estuvo tanto tiempo fuera de mis ojos, así pasará. Porqué ¡Bendito Dios!... nada es eterno.
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