El fin de año siempre se siente como un ultimo respiro y fastidio... despúes del estrés de la exposición, de realizar la escultura, de los invitados y de las ventas, cuando despierto en las mañanas, lo único que tengo frente a mi es el caballete con la pieza en turno y la compañía de mis perros y nada mas que un sin sabor de lo que viene y no puedo detener. Y es que el fin de año, por alguna extraña razón siempre me trae malos recuerdos de la infancia. Siempre fueron fechas súper importantes para mis padres... Mi papá decoraba toda la casa con alegorías navideñas. pero siempre había una admosfera de inconformidad, tristeza y enojo. Después de la muerte de ellos que se celebra en la navidad, mis hermanas luchan contra si mismas para "amarse" en estas fechas y eso, da muchos dolores de cabeza, pues el miedo a la verdad, siempre nebula todo.Y la tristeza de mis hermanas, siempre me hace daño.
Asi que me he dedicado a terminas este par de benditos cristos que ya me quitan el sueño, me cansan y me fastidia verlos. Al terminarlos habré cerrado definitivamente el capitulo de "O" y ya, es algo que necesito hacer, ya , cerrarlo y seguir.
Lo que he hecho es pintar el San Benito de Jonathan, dibujar el rostro de Carlos... y dormir, dormir, y dormir... Este frio que azota al país entero, lo detesto, detesto sentir mis manos heladas, mi voz mormada. ¿Que hace la gente que no tiene mucho que taparse? como el señor del parque que ahi vive... Los perros de la calle que duermen a la intemperie... No se vivir con las ventana cerradas, no se estar con tanta ropa encima, la camiseta, la sudadera, el suéter, la chamarra y si salgo el abrigo, mi kipá de lana y mis guantes, cansa tantas cosas encima. hasta dibujar me cuesta trabajo con las manos entumidas.... pero bueno, no me quejaré... y dejaré aquí lo que he hecho en estos días de frio.En estos dias estuve
trabajando el rostro de un nuevo modelo, amigo mio; Carlos, y parece que podremos hacer cosas interesantes, ... Es de una personalidad ambivalente, pues si bien su físico es de un hombre muy desarrollado, tiene esa mirada de niño azorado ante el mundo. Ya tengo a parte de estos apuntes de su rostro dos mas para una pieza en grafito y ver que sucede. 
Y finalmente, comienzo a despedirme de este espacio, comienzo a irme de aquí, a guardar la cristalería y los libros, a desempolvar todo a dejar este espacio, en el que he vivido por 10 años y 7 meses... aquí llegué cuando regrese de Cuba, aquí llegué con dos perros, cuando no tenía lugar. 
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