
Ayer que me entregaron sus cenizas, no pude evitar sentir mas su ausencia, pero de forma contradictoria, me confortó saber que lo tenía cerca de mi. Caminé a mi casa con Libertad de un lado y a Gilberto en su urna en el brazo y debí parecer estúpido pues lloraba como un niño nublando mi vista y mi pensamiento. María Rosa Olivos estaba esperándome abajo de mi casa con un gran ramo de flores... verla me reconfortó, con ella hace años planeamos la exposición del xoloitzcuintle. Me ayudó a pasar las cenizas de Gil de la Urna que me dio el crematorio ,a la urna de barro que yo tenia en casa. Que impresionante es saber que ese polvo-arena-cenizas es Gilberto. Ya está en casa, cerca de mi, cuando toque mi turno de irme y me entierren, quiero esas urnas en mi ataúd la de él y la que será Libertad


Hoy decidí dar un vistazo para ver cómo anda todo, en verdad siento tu pérdida. Creo que no hay nada que pueda decirte dado que no estoy en tu lugar, pero desde aqui espero que Libertad y tu puedan superar estos momentos juntos. Un abrazo.
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