Mientras ayer estuve en el sepelio de mi hermano, observe a mi alrededor, como nada se detiene sólo por qué alguien sufre o alguien muere, ... la vida sigue, pese a nosotros mismos. Nada se detiene a nadie que no conozca le importa... y eso, eso está bien, me hace darme cuenta de cuan frágiles somos, y de que lo único importante es vivir, vivir plenamente, concienzudamente, al máximo de nuestras posibilidades y de nuestras conciencias... asumiendo las decisiones y todo lo que conlleva. Llamó mucho la atención ayer, qué mi tío, quién dice ve a los espíritus, me dijo de un primo que murió a principio de año... y que a decir verdad, siempre fue uno de tantos que me agredió de niño. Mientras mi tío escachaba al mundo espiritual como él dice... me dijo que mi primo me pedía perdón por los agravios. me sorprendió que algo así, después de tantos años, suceda que lo recordara y que más a un, fuera un pendiente que tuvieran conmigo... El mundo espiritual y yo, al menos de mi parte, estamos en paz. No tengo nada que perdonar y entiendo que cualquier cosa que haya sucedido cuando yo era un niño... viniendo de ellos y de muchísima gente más... es producto de la ignorancia y el miedo y nada más.
Termine el cuadro del hijo de Ana Julia; Yoshi... y de verdad espero que le guste... conocí muy poco a ese niño a pesar de que lo vi crecer de alguna manera... y esto que hice, lo hice, por ayudar a dar algo de consuelo a Ana Julia, Y por verter mis emociones encontradas al respecto.
También terminé un acrílico que me encargó mi hermana Carmen, espero qué les guste... pintar niños siempre me es muy complicado, las proporciones son tan diferentes que siempre tengo miedo de hacerlo mal y sé cada que lo hago, necesito dibujar mucho más a los niños.
Me gustaría mucho pintar cosas más grandes, de verdad, quiero hacer cosas más grandes, composiciones más complejas y no sólo retratos, que si bien, me dan de comer... pocas veces puedo explotar ideas propias...
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