Esta semana ha sido de muchas sorpresas, cosas que tienen que ver con mi salud y charlas sobre arte y comercialización con Mildred, detalles sobre no saber que hacer en ciertas situaciones dónde hay siempre un dejo de vergüenza para cerrar tratos y hacer que se cumpla lo pactado. Elementos necesarios para mi supervivencia. Incluso, fui a una conferencia muy reconfortante que además me obligo a ver cosas de mi mismo que no me gustan y debo abordar... He descuidado mucho partes importantes de mi casa-estudio y por supuesto, de alguna forma son parte de mi estado emocional y lo refleja.
Después de 8 meses, José Luis vino por su cuadro, uno que me encargó a principio de año, (Ícaro) y que por diversos motivos, no había pasado por el. Vino acompañado de Jorge Trejo, un buen amigo, trajeron una botella de vino tinto que por supuesto nos bebimos, debo decir que además, estaba buenísimo, ya apunté la marca porque me compraré uno, para los ravioles que me gusta comer los domingos. charlamos de un mil cosas, me decían que me veía muy bien, repuesto... y como no voy a verme bien, si en la semana me dieron la noticia de que mi conteo de células se incremento exponecialmente... eso me hizo muy feliz. Supongo que eso es lo que provocó que me vieran así.
Mientras nos bebíamos el vino, José Luis habló de los cuadros que quiere, de "los rojos" como el describe esas piezas y de el impacto que le causan. Yo, saqué las piezas, lo cual es toda una odisea hacer por que hay que mover muchas piezas antes de llegar a las que él quería ver, pero valió la pena, le emocionan tanto que dijo que las quería... que de verdad las quería. Llegamos a un buen acuerdo para los dos y las empaqué y listo. Aprovechando la camioneta en la que venían se las llevó. Me emocionó mucho esto, primero por que siempre es muy halagador que alguien se identifique con mis cuadros al punto de necesitarlos en su espacio. después porque va haciendo más espacio par alas piezas que tengo en el estudio, y por último, porque sacó de mi estudio específicamente dos piezas que me representaban situaciones emocionales con el modelo, poco gratas. Curiosamente son piezas que no he expuesto, ojalá haya ovación para ello. Aun me quedan dos piezas con ese modelo, pero, estoy seguro que en algún momento se irán de aquí. No las quiero. Prefiero pensar que las va a disfrutar por situaciones que nada tiene que ver conmigo, Finalmente es ese el valor de un cuadro, justo cuando le habla al espectador y le habla de si mismo.
Icaro, lo tuve tanto tiempo en casa, que lo veía colgado todas la mañanas por 8 meses al despertar... lo voy a extrañar, pero me hará mucho bien que ya no este aquí, Cuando las piezas no son mías, es deir que están pagadas y las tengo en casa, es un peligro constante... Me asusta que algo les pueda pasara... Pero ya está en manos de quien debe estar... y prometió hacer una reunión para mostrarlas... para invitar a sus amigos, para que disfrutemos de ellas en su casa, por el gusto de compartir.
Mildred se quedó con mi autorretrato... dicho en sus palabras "es buena pieza y me encanta" que mi dealer me compre una pieza es doblemente halagador... porque me dijo que la quiere para ella. Y pensar que cuando la hice la hice jugando, buscando encontrarme en ella,,, buscando experimentar en una pequeña tabla y nada más.
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