Hace 14 años cambió mi vida, lo impensable sucedió... Mi padre que un año antes estuvo enfermo, murió. Aun recuerdo el shock que fue la noticia, y lo terrible que fue pensar, como decírselo a mi madre. Él nos había dicho en esa semana, que el viernes siguiente saldría del hospital. Algo imposible debido a su estado tan delicado de salud, sin embargo, salió, no en cuerpo si no en espíritu. Mi padre murió a las 11:50 de la noche del 24 de diciembre, yo estaba ahí para leerle algún pasaje de la biblia, mi padre era protestante evangelista, algo que tuve que hacer en silencio y en su oído, ya muerto él. Lo peor fue contarle a mi madre... y de ahí las cosas devinieron de a poco. Al año siguiente, un día antes de cumplir un año, mi madre también murió, y mi vida no volvió a ser la misma.
Ahora en estás fechas, lo único que hago es encender una veladora para ellos, y recuerdo todo lo bueno que me dejaron, a veces, no puedo dejar de pensar en las cosas que no me gustaban, pero la verdad es que ganan las mejores anécdotas... Descubro que tengo mucho del carácter de mi padre, de su forma de pensar, de la disciplina con que llevó su vida, de la coherencia con qué vivió. Del respeto que me enseñó por los demás y de la dedicación y amor con que terminó, del él herede el gusto por el arte. Mi madre, siempre fue una mujer generosa, siempre dispuesta a ayudar a los demás, siempre compartió su mesa, siempre supo callar ante lo que no le gustaba. Y siempre fue suficiente para si misma y trabajadora, creativa, muy creativa... Nunca nos pidieron nada, nunca esperaron recibir nada de nosotros, ellos fueron productivos hasta el final de sus días... auto suficientes y como decía mi padre, cada quien vivió en su casa y Dios en la de todos.
Hoy celebro eso... la vida de dos grandes de mi vida, de dos pilares que me enseñaron tanto, y que me dieron tanto a pesar de las limitantes de su educación y de no llegar a comprender todo de mi.
Me doy cuenta que es ahí el fondo de muchas cosas que tengo ahora siendo un hombre adulto, me descubro en tantas cosas que de ellos escuché... Y me siento bien con eso.
Hay tantas cosas que no entiendo de lo que pasa en estás fechas fuera de mi entorno... me asusta tanta algarabía, que en muchos casos, parece tan falsa. Ahora con esto de las redes sociales, me he enterado de tantas personas que despotrican contra la iglesia católica, dicen y hacen tanto en contra de ella que, yo entendería que no son creyentes ni seguidores de lo que predican... sin embargo, llega la navidad y celebran y mandan felicitaciones a diestra y siniestra, sólo por que si, porque todo mundo lo hace, con honrosas excepciones, por supuesto, de gente cercana que sé que en verdad me desea buenas cosas y me comparte sinceramente su gusto por la navidad... Pero la gran mayoría tan sólo lo hace por la representación comercial del hecho en si mismo y que dista mucho de celebrar el nacimiento del cristo. No entiendo la falta de coherencia de eso, no lo comprendo y debo decir que hasta me ofende, sin motivo, claro. Pero hasta los que se dicen ateos, celebran la navidad... ¡Dios!, ¡¡¡cuanta incoherencia.!!! Pero está visto que esos mismos que no creen en la iglesia, hasta padrinos de bautizo pueden ser... Alguien me dijo no es que fuera una celebración religiosa, si no que le gustaba por la comida que hacían en su casa... por disfrutar a su família, (sic) Sin palabras. Pero... eso a mi no debe importarme. Tan sólo es un pensamiento de algo que no está en mi comprensión.
Con todas estás cosas que veo y escucho, me doy cuenta que como bien me dijo alguna vez Alx boo, soy raro entre los raros... Me cuesta trabajo encajar en el contexto, me cuesta trabajo ser parte de cosas así. Es por eso que procuro encerrarme y no salir de casa, encerrarme en "Dariolandia" acá se vive la vida de otra forma. Estoy trabajando en una "condonera" , en unos dibujos y en mi boceto para dos ideas para las tablas que ya tengo en el caballete. Así que. paso estos días de algarabía, encerrado en mi estudio, con Uma. Tranquilo... y en paz.
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